Los sucesos del Viernes

El pasado día 18 de marzo, viernes, se produjo en nuestra facultad un incidente que ha hecho eco a lo largo de las siguientes semanas, desembocando en un asedio de insultos y amenazas a la capilla y en la cacerolada que se celebró unos días después.

 

Yo, junto a varios compañeros que oramos en la capilla, no nos encontrábamos en el edificio en el momento de los hechos y nos enteramos por terceras personas de que algo había ocurrido entre un grupo de personas y la UHP. No fue hasta el lunes por la mañana cuando comenzamos a informarnos del asunto, sin embargo, los testimonios, protestas y exclamaciones de la UHP habían copado la facultad por completo y nadie, excepto ellos mismos, parecía saber que había ocurrido aquel viernes.

 

Cuando fuimos a la sacristía a ver si el capellán sabía algo, nos topamos con un enorme cartel colgado cerca de la capilla. Rezaba así: Esta es la tolerancia de “acción católica”, se declaran: “fascistas a mucha honra”, y amenazan: “volveremos a vernos”. Además, la universidad estaba empapelada con pancartas y mucha propaganda donde explicaban su versión, así como un manifiesto en el que se daba rienda suelta a su indignación por lo ocurrido y acusaban a los supuestos asaltantes de haber agredido a la vicedecana de la facultad, la señora De Pazzi. Cuando hablamos con el capellán, nos enteramos de que UHP decía haber sido agredido por un grupo de personas que se autoproclamaban fascistas e intentaban arrancar uno de los carteles que había en defensa del sacrilegio de Somosaguas. A mí, personalmente, todo aquello me resultó muy extraño, ya que las descripciones dadas por UHP no se correspondían a priori ni con los fascistas (que nunca se autoproclaman a sí mismos de este modo) ni, por supuesto, con Acción católica; además ¿iba un católico a arrancar un cartel reivindicativo teniendo tantos carteles blasfemos a su alrededor?

  

   Durante varios días no logramos encontrar pistas que arrojasen un poco de luz al caso, sin embargo, un compañero nos facilitó la dirección de un diario digital donde los supuestos fascistas daban su versión de lo ocurrido, y lo que allí habían escrito distaba mucho de la versión ofrecida por UHP:  se trataba de dos madres de familia que volvían con sus hijos de la misa de reparación de Somosaguas y, sabiendo que la capilla de la facultad de Historia estaba siendo acosada también, decidieron pasar a rezar un poco. Sin embargo, al entrar en la facultad y ver la capilla rodeada por carteles ofensivos y blasfemos quisieron retirarlos, pero un nutrido grupo de miembros de la UHP fueron a defenderlos, agrediendo físicamente a los integrantes de ambas familias y llegando a amenazar a una de las chicas católicas con ser despeñada por la barandilla. Según este testimonio, los jóvenes cristianos grabaron la agresión con un móvil que los radicales trataron de arrebatarles sin éxito (estoy tratando de conseguir dicha grabación para mostrarla aquí). Mientras esto ocurría, vinieron más miembros y simpatizantes de la UHP hasta completar el medio centenar; entraron violentamente en la capilla, arrancaron y robaron un gran cartelón de la JMJ que había colgado dentro, y se llevaron las cuartillas de oración, para acabar colgando un cartel blasfemo debajo del Cristo que hay sobre el altar. Al final, los católicos desistieron y se fueron de la facultad entre abucheos y gritos de "fascistas fuera". Las dos furgonetas en las que se marcharon no eran más que sus coches familiares.

 

Como podéis ver, existen dos testimonios contradictorios (los de UHP y los de las dos familias católicas). Sin embargo, ¿cuál es el verdadero? Reflexionemos:

 

  • Según UHP, las personas que entraron en la facultad se autoproclamaban “fascistas a mucha honra”, sin embargo si miramos en la Historia, las personas afines a este tipo de ideología jamás se consideraron de este modo (excepto en el caso de la Italia de los años 30), puesto que tenían poco que ver entre ellos. En el caso de pertenecer a este tipo de ideología, hubiera sido más creíble que estas personas hubiesen gritado "falangistas", "franquistas" o incluso haber hecho apología del nacional-socialismo, pero muy poco probable que se hubiesen autodenominado "fascistas" a secas, ya que para este tipo de ideologías, esta palabra es un insulto.

 

  • En segundo lugar, la rapidez en la reacción de estos grupos radicales no deja de sorprender, pues al lunes siguiente habían desplegado una campaña mediática y propagandística muy difícil de preparar en tan solo dos días. La facultad apareció empapelada y se repartieron muchísimos panfletos contando su versión de los hechos. Esto hace sospechar que podía haber habido algo orquestado antes del enfrentamiento ya que, como hemos dicho, su reacción fue desmedidamente rápida, como si estuviesen esperando una excusa para actuar.

 

  • En su manifiesto, los grupos radicales afirmaban que el afán de los supuestos fascistas era arrancar un cartel en el que se podía leer un texto a favor de los sacrílegos de Somosaguas, ignorando los numerosos carteles blasfemos e insultantes que había a su alrededor; un comportamiento contrario al propio cristianismo: para un católico, lo más importante es defender a Dios, por lo que resulta impensable que un Cristiano se dedique a retirar pancartas políticas y deje intactos los carteles que insultan directamente a todo en lo que creen.

 

  • Y, además, es llamativo el hecho de que ni UHP ni Luna Nueva, ni ninguno de los grupos radicales que actúan en la universidad, hubiesen denunciado el altercado pues, a pesar de haber declarado que se estaban planteando el ponerlo en conocimiento del juez, hasta la fecha no lo han hecho.

 

Nosotros nos tomamos estos hechos con la mayor serenidad posible, manteniéndonos al margen tanto como podemos, ya que los grupos radicales nos han acusado de ser los responsables de lo ocurrido y han comenzado a vengarse sobre nosotros con más carteles insultantes y amenazas. Lo cierto es que parecen más interesados en crear un conflicto que no existe que en solucionarlo. 

 

     

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