Mucho Ruido y Muchas Nueces

22-III-2011

¡Nos han cerrado la capilla!

Ha empezado poco antes de la 13.00: un grupo de personas, la mayoría jóvenes y algún que otro anciano, llenaron este mediodía el hall de la facultad de Historia.

Lo primero que hice fue dirigirme a la capilla, pero no pude entrar porque el capellán la había cerrado antes de las 12.00 para evitar otro incidente más. Por desgracia, eso fortalecerá a los exaltados.

Enseguida subí al piso superior para poder ver con más claridad la multitud que se había congregado: eran en torno a un centenar de personas. Había también cuatro cámaras de televisión (pude identificar las de Telecinco, Cuatro y la Sexta) y, al momento, comenzaron los gritos y las consignas contra los "fascistas" y a favor de la "libertad de expresión" y de la absolución de los autores del sacrilegio de Somosaguas.

Hubo gritos contra la capilla, contra los sacerdotes y contra la Libertad de los católicos en general. Algunos de los asistentes llevaban pancartas blasfemas y posaban con gran naturalidad ante las cámaras. Al final no hubo violencia y los asistentes se limitaron a gritar y a hacer ruido. Hubo pocas cacerolas, gracias a Dios.

La portavoz de UHP disfrutó de varios minutos frente a las cámaras y micrófonos de los medios que acudieron a difundir el evento. Por supuesto, se explayó en la injusticia del ataque "fascista" del viernes 18 y en su "deseo" de deshacerse de la capilla.

Al terminar, la gente se fue dispersando y los guardias de seguridad, que estuvieron discreta pero visiblemente situados, pudieron relajarse. El decano, el Sr. Otero Carvajal, que hacía poco le había comentado a un compañero que no retiraría ningún cartel por muy blasfemo u ofensivo que fuese, salía tranquilamente del lugar riendo y hablando por el movil.

Pero más allá del ruido, queda el daño: UHP y Luna Nueva (pues en este asunto van de la mano) se han dado cuenta de que pueden paralizar la vida universitaria (se tuvieron que interrumpir las clases) y tener a los medios de comunicación pendientes de ellos. Han conseguido impunidad frente al decano y al rector y, sobre todo, pueden hacer que la capilla cierre cuando mejor les venga por miedo a sus acciones. Un golpe maestro.